sábado, 4 de diciembre de 2010

Quiero gritar tu nombre a los cuatro vientos. Que suene tan fuerte que, tú, que estás en la otra punta del mundo, te llegue.
Estoy sentada en el tejado, mirando, melancólica, el horizonte. Con ilusiones imposibles de cumplir: verte aparecer y venir hacia mí.
Lo intento, lo voy a gritar. Al… mi grito se convierte en susurro. No soy capaz.

                                 

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