sábado, 4 de diciembre de 2010

Confesiónnº3


–Dime un número–me dijo él mientras sujetaba un pequeño comecocos multicolor.
–Umm… ¿Tendré que hacer lo que ponga?
–Claro, de eso se trata el juego. Venga, Athenea, es tu turno. Dime un número.
–Luego te toca a ti, ¿vale? A ver… el 5.
–1, 2, 3, 4, 5 … el ¿8, 3, 7 o 4?
–El uno
Él destapa con cuidado aquel mágico número.

–Un beso....:$
–Ya, claro… ¿y los demás qué ponen?
–¡Aaah! Primero debes cumplir… además, todos sabemos que quieres…
–¿Cómo voy a querer? Sabes que te odio, ¿verdad,?
–¿Me odias?
–Sí.
–¿Tanto como para besarme?
–Sí… esto… ¡no! ¿Qué he dicho?
–Olvídate y hazlo de una vez. No aguanto más.
Ambos se miran confusos, queriendo pero aún así, confusos. Cuesta dar el primer paso pero después, el resto, va rodado.
–Ahora te toca a ti.–Dijo .
–Está bien… Dos.
–1, 2… ¿el 1, 2, 6 o 5?
–¿Cuántos besos quieres que te dé?

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