miércoles, 26 de septiembre de 2012

Volver a empezar, suena demasiado bien, pero en todos los pueblos venden cigarrillos. Y las oportunidades gastadas, con un poco de limpieza y otro poco de miopía, pueden pasar por nuevas. Y créeme, algo ciega debo estar si no supe ver la verdad entre tanta mentira. Pero, si hay algo que me has enseñado, es que cambiar de aires no sirve de nada si llevas puestos los mismos pulmones.

Yo no te pido que lo dejes todo, solo el miedo. Miedo a que ese “algo” que no salga bien, seas tú. La decepción me la he llevado. A un sitio donde espero no volver. Al menos, no contigo.
No sé que decir. Y es que las decisiones saben mejor si se toman con alcohol. Así después, tienes algo a lo que echarle la culpa. Puede que me equivoque ya por costumbre, ya por vicio a la reconciliación. Y es que los gritos saben mejor si son de placer. 

domingo, 23 de septiembre de 2012

A un acento de quererte.

juramentos, joder.

Hoy he mirado atrás. Sé que juré no hacerlo, pero también juré no volver y he vuelto. He vuelto donde destensábamos silencios. Allí donde tú solías gritar y yo solo susurraba.  A ese punto de no retorno donde enterramos el siempre.  Y ya no estaba(s). 
¿Tú quién te has creído que eres para irte y romperme de esta manera? Ni que fueras el centro de una vida que no tengo. El motivo por el cual hago y deshago la cama. El causante de mis moraduras y mordeduras. El que me consume a mí y a mi tempo. El que derrota todos mis “peros” con dos palabras. El que aparece en todas las canciones que suenan entre cigarro y copa. El café de cada día y el insomnio de cada noche. El dedo que pasa las páginas de mi libro. El gusano de seda de cada una de las mariposas de mi estomago. El oxigeno del aire que ahora me falta. El verso de dentro de una botella vaciada entre dos. El mar de mis lágrimas. El que me desnuda con la mirada y las manos. El que estaría dispuesto a darle la vuelta a su mundo por verme. Ni que fueras él.