martes, 9 de octubre de 2012

CGC


Pero la felicidad no es solo sonreír cada mañana, es algo más. Es hacer de esa sonrisa otra igual de ancha.  Porque la felicidad es plural. Es cosa de dos que se creen uno. Que son uno, pero son dos.  Es degustar el vino sin llorar el se fue. Es improvisar te quieros sin miedo a un yo también.  Es saber llover pero sin arrasar con todo, lo necesario para regar las penas. Penas sí, penas, porque la felicidad no existiría sin ellas. Pero son unas penas que se hacen valer. La felicidad se gana perdiendo sin tener nada que perder. Perdiendo el miedo a. Sentir miedo a. Nunca tocar fondo, pasarse la vida cayendo.  O aún peor, a quedarse inmóviles.  La felicidad es dejar de lado el centro y crecerse con los pequeños detalles.  Es caer hacía arriba, y hacer que los golpes sean de suerte.  La felicidad es sonreír cada mañana, pero de verdad.



miércoles, 26 de septiembre de 2012

Volver a empezar, suena demasiado bien, pero en todos los pueblos venden cigarrillos. Y las oportunidades gastadas, con un poco de limpieza y otro poco de miopía, pueden pasar por nuevas. Y créeme, algo ciega debo estar si no supe ver la verdad entre tanta mentira. Pero, si hay algo que me has enseñado, es que cambiar de aires no sirve de nada si llevas puestos los mismos pulmones.

Yo no te pido que lo dejes todo, solo el miedo. Miedo a que ese “algo” que no salga bien, seas tú. La decepción me la he llevado. A un sitio donde espero no volver. Al menos, no contigo.
No sé que decir. Y es que las decisiones saben mejor si se toman con alcohol. Así después, tienes algo a lo que echarle la culpa. Puede que me equivoque ya por costumbre, ya por vicio a la reconciliación. Y es que los gritos saben mejor si son de placer. 

domingo, 23 de septiembre de 2012

A un acento de quererte.

juramentos, joder.

Hoy he mirado atrás. Sé que juré no hacerlo, pero también juré no volver y he vuelto. He vuelto donde destensábamos silencios. Allí donde tú solías gritar y yo solo susurraba.  A ese punto de no retorno donde enterramos el siempre.  Y ya no estaba(s). 
¿Tú quién te has creído que eres para irte y romperme de esta manera? Ni que fueras el centro de una vida que no tengo. El motivo por el cual hago y deshago la cama. El causante de mis moraduras y mordeduras. El que me consume a mí y a mi tempo. El que derrota todos mis “peros” con dos palabras. El que aparece en todas las canciones que suenan entre cigarro y copa. El café de cada día y el insomnio de cada noche. El dedo que pasa las páginas de mi libro. El gusano de seda de cada una de las mariposas de mi estomago. El oxigeno del aire que ahora me falta. El verso de dentro de una botella vaciada entre dos. El mar de mis lágrimas. El que me desnuda con la mirada y las manos. El que estaría dispuesto a darle la vuelta a su mundo por verme. Ni que fueras él.

martes, 7 de febrero de 2012

Solo vuelve lo que realmente vale la pena, lo 


que no tiene que estar a tu lado, solo se aleja.

domingo, 29 de enero de 2012

de camino a tu cuello

Era la segunda cajetilla y mi ansiedad no cesaba, Quizá no era el humo en mis pulmones lo que necesitaba en ese momento, si no a ti y a tus incansables labios. Supongo que aunque sabía lo que quería, o a quien necesitaba, intentaba engañar a mi cuerpo proporcionándole otra sustancia que creara una dependencia distinta para así poder olvidarme de tu piel y de mi reacción al rozarla. Aún recuerdo aquel día. Entraste con tu inseguridad aplastante en mi cuarto y me desvalijaste, sin querer, de cualquier inseguridad que mi mente pudiera brindarme.  El olor a chocolate recién hecho y las ganas de comerte se peleaban por el protagonismo, y está claro quién fue el ganador…

jueves, 5 de enero de 2012

Ahora hay gravilla en nuestras voces, cristal hecho añico de la ostia que nos pegamos. En este tira y afloja tú siempre ganarás, incluso cuando yo tengo razón